Cómo hacer mantenimiento de tarjeta gráfica
Todo dispositivo electrónico que adquirimos, si se le aplica un buen mantenimiento conseguiremos que dure lo máximo posible. Un ejemplo muy claro sería un coche o moto. Pero cuando se trata de tecnología, hay que tener especial cuidado ya que suelen ser más delicados. Es por ello que, en este artículo te vamos a hablar de cómo hacer mantenimiento de tarjeta gráfica.
1. Limpieza de la tarjeta gráfica
Tu tarjeta gráfica para disipar el calor generado por la GPU lo hace mediante un ventilador (en algún caso es por refrigeración líquida). Para que el ventilador expulse el calor, un disipador de aluminio o cobre hace contacto con la GPU y de esta forma, el calor de la GPU pasa al disipador para luego ser extraído al exterior mediante aire. Actualmente las tarjetas gráficas también tienen disipación en las memorias y en las VRAM.
Hay algunos modelos de tarjetas gráficas que usan un tipo de ventilador conocido como turbina. Por lo general estos ventiladores son menos efectivos y les cuesta más disipar el calor.
Es normal que pasado el tiempo si no se hace un mantenimiento, el ventilador y el disipador se llene de polvo y suciedad. Al principio no se aprecia nada pero con el paso del tiempo esta suciedad puede provocar que se disipe peor el calor y haciendo que la GPU sufra por altas temperaturas.
Por ello es recomendable llevar a cabo al menos una limpieza cada año. Para hacerlo hay que seguir los siguientes pasos:
- Si es posible, antes de desmontar poder grabar o fotografiar todo para que en caso de duda saber cómo iba conectado las cosas.
- Retirar los conectores de alimentación adicional de la tarjeta.
- Abrir la pestaña de sujeción del PCIE en la parte derecha para poder extraer la tarjeta.
- Extraer la tarjeta gráfica.
- Limpiar con un pincel o compresor de aire todo el polvo que se vea o se tenga acceso.
- Volver a montar todo y conectar.
Este proceso aunque no lo creas, puede hacer bajar bastante el nivel de temperaturas. Haciendo que la vida útil de la misma sea mayor. Y todo gracias a un mantenimiento adecuado.
2. Cambio de pasta térmica
Cuando compramos la tarjeta gráfica, de fábrica viene una pasta térmica entre la GPU y el disipador que hemos mencionado. Esta pasta ayuda a pasar el calor de la GPU al disipador. Pero como todo… Tiene un tiempo de utilidad y si esta pasta no se remplaza con el tiempo se vuelve dura y no realiza su función. Es recomendable hacer un cambio de la pasta cada 3 años. Si no se hace esto, el calor no está siendo bien disipado y puede provocar daños graves a la GPU.
Antes de realizar el cambio de la pasta térmica, es importante que la tarjeta haya estado un poco encendida para que genere calor y haga que se ablande un poco. Esta pasta térmica si lleva mucho tiempo sin cambiar hace efecto «pegamento» y luego separar el disipador de la GPU será muy difícil y si lo fuerzas puedes dañar la GPU.
Por otro lado las memorias ram y los VRAM también tiene pasta térmica pero estas son algo distintas. A diferencia de la pasta térmica que tiene la GPU, éstas son como «plastilina». También es importante hacer una sustitución de estos pad térmicos.
Y por terminar el artículo comentar algo que tiene relación también. La configuración de la ventilación desde el software del fabricante. Por defecto viene configurado para que la velocidad de la ventilación sea automático pero, esto no es muy efectivo. Cuando el PC esté en reposo (navegando por internet, escuchando música, etc), se tiene que configurar los ventiladores que estén a un 20% de rendimiento. Es una velocidad que no hace mucho ruido y mantiene la tarjeta en una buena temperatura.
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